¿Cómo se puede contratar a un guardaespaldas?

En primer lugar, hay que disipar el mito de que un escolta es una persona que agrediría a la gente por orden suya. Eso iría contra la ley y le apartaría de su tarea de defenderle.

Debe elegir una empresa especializada y de confianza que pueda mostrarle pruebas de sus acreditaciones, confirmarle que todos sus empleados son ciudadanos respetuosos con la ley y facilitarle información sobre sus perfiles psicológicos.

Puede contratarlos de forma permanente, en cuyo caso los guardias de seguridad pasan a formar parte de su círculo íntimo, o puede contratarlos para determinadas ocasiones o periodos de tiempo, como para traslados de valores o viajes a ciudades o naciones de alto riesgo.

No es extraño que la empresa a la que acuda quiera conocer información en profundidad sobre sus operaciones, ya que es su método para evaluar su perfil de riesgo y el entorno en el que opera con el fin de ofrecerle los mejores candidatos para sus necesidades.

El plan de seguridad, el número de agentes propuestos, la formación e incluso el género de los escoltas que le ofrezcan dependerán de si la protección es para una o varias personas, de si hay niños de por medio y de si alguna de las personas protegidas padece alguna enfermedad preexistente.

Puede ser necesario que haya más de dos guardaespaldas, sobre todo si hay niños de por medio. También puede ser mejor que sean mujeres para que la persona protegida, sobre todo en el caso de los niños, se sienta más a gusto.

Las justificaciones para contratar a un guardaespaldas son obvias; cómo hacerlo depende de sus necesidades. Sin embargo, siempre debe asegurarse de que la persona tenga buena reputación y esté bien formada, y eso sólo se consigue acudiendo a una empresa con experiencia y una sólida reputación.